domingo, 23 de enero de 2022

Give back

No soy beatlemaniaco. Eran muy bonachones para mi gusto. Muy pops, digamos. Tampoco soy de la generación que creció con ellos pero de esa época fundamental del rock prefiero a los chicos malos: los Stones. El Lennon solista sí me enganchó muchos años después. Obvio que sería de necios negar la huella de los Beatles como pioneros de la música popular llevándola, además, a la dimensión de industria en el mundo. Son, sin duda, un parteaguas de la música, del arte.

Encerrados, con mi esposa y mi hija, por el frío y la primera nevada que cayó en Virginia los últimos días del 2021, nos refugiamos en el documental que nos devolvía a los Fab Four casi 50 años después: Get back. Un verdadero privilegio hacer de voyeurista de los cuatro talentosos mientras chambean. El material seleccionado por el director Peter Jackson, para alimentar el hilo narrativo, nos hace vivir un reality con John, Paul, George y Ringo, con Yoko, a veces Linda y rara vez las otras esposas; siempre con los asistentes, equipo técnico, y claro los directores, managers, etc. Todo sucede el mes de enero del '69. Día por día.


Además de los vericuetos de composición y arreglos que deben ser la delicia para quienes saben de teoría musical, yo disfruté espectando su proceso creativo. Sobre todo la parte que conocemos, quienes trabajamos en diseño y publicidad, como el brainstorming. Los Beatles tenían un deadline salvaje: 14 días para componer 14 canciones. Y como pasa en nuestro negocio, con el transcurrir del tiempo y las contramarchas (o rebriefs), la fecha de entrega se fue aplazando. También porque "el cliente" comprendió el valor de la calidad que los 4 creativos buscaban lograr con su proyecto musical... acaso obras maestras.

Ver la dinámica de Paul y John al armar Dont't let me down, I've got a felling, yamear lo que luego sería la magnífica Get back y tantas otras canciones es bellamente didáctico. Quienes hemos sido parte de procesos creativos grupales o en dupla (mi caso con Roni Heredia, sobre todo en los comienzos de Taller 4) sabemos que una parte importante del brainstorm es el momento del hueveo, del humor al jugar con propuestas extremas e, inclusive, sin sentido. Y es rico encontrar, en este docu de 3 episodios, esos códigos que John y Paul manejaban solo para cagarse de risa. Lennon es casi un juglar. Mi hija, que tiene 13, estaba muy atenta a las miradas pícaras y quecos de este hacia alguna de las cámaras que lo siguen. Jackson nos devuelve a un cuarteto de músicos exitosos y maduros en plena ebullición creativa, disfrutando a pesar de la alta presión sobre ellos. Es Lennon quien insufla serenidad con sus silencios y su desparpajo, por ejemplo, al anunciar a la cámara con la voz engolada: "Ladies and gentlemen... The bottles!

Can you dig it?

Los dos firmantes de casi todos los temas tenían un canal de conexión exclusivo. En las tomas están las miradas recíprocas o hacia las manos del otro sobre las cuerdas mientras rasguñan un tema. ¡Ojo! Son los cuatro quienes asumen iniciar el '69 con este proyecto: registrar el minuto a minuto de la creación y grabación de un disco y reencontrarse con su público (después de 3 años) en un concierto. Pero, ahora vemos, lo más importante que buscaban era revivir el proceso de composición con el que empezaron cuando teenagers. No más grabaciones uno por uno en ambientes aislados y mezclas a posteriori despersonalizadas. Vuelven a las raíces, vuelven a juntarse y a tocar en simultáneo. Entre tostadas secas y tés fríos arrumados en el piso salpicado con colillas de cigarrillos los Beatles hacen su música. Solo importaba encontrar "la melodía" y plasmar "la letra" hasta que calcen. Los momentos de genialidad están, fluyen con naturalidad. Y después de encontrar "la idea" melódica o lírica, o ambas, viene la chamba dura . Toca armar la canción. ¿Le ponemos coros, entra un solo de guitarra, cómo ensamblamos esto?... -la parte aburrida- anuncia John. Pero sabemos que afinar los detalles es lo que puede consolidar una pieza visual o musical y llevarla a un nivel de masterpiece. Ellos también lo sabían. 

Los esfuerzos del director del film original, Michael Lindsay-Hogg (supuesto hijo de Orson Welles), y otros ejecutivos, para convencer a los cuatro músicos de volver a un mega escenario con sus nuevas canciones, son palpables a lo largo de las 8 horas del docu. Les ofrecían el reencuentro con sus fans en un lugar que deje boquiabierto al mundo entero. Ideas que al cuarteto no le interesaba particularmente. Paul dijo que Ringo no quería viajar y punto. Ellos estaban enfocados en hacer su música, no en hacer show. Finalmente, manteniendo su espíritu disruptivo, "improvisan" una presentación en la estrecha y fría azotea de los estudios de Apple. Pero de improvisación no tuvo nada. Eran los Beatles. Todo estaba instalado y calculado para grabar los temas. Y este fue el reencuentro y despedida con su público. Hoy es épico. Como en sus cartoons, la policía londinense hace su aparición (muy risible, la verdad) pero los músicos no huyen. Los de azul suben a la azotea y ponen fin a este "escandalo" desatado en el modoso barrio de la calle Abbey. Aunque aquí no termina la cosa.

All you need is Comunicar

No faltan las discusiones como en cualquier proceso creativo grupal. Y Harrison quería mostrar que su talento había crecido. Podríamos decir, en el argot profesional, que se llevaba trabajo a la casa. Varias mañanas se aparecía con temas propios y los presentaba. Pero McCartney y Lennon eran reticentes a incluirlos hasta que los moldeaban con su mano. Entonces saltaban los egos y se mandaban al carajo. Pero así es la chamba cuando implica poner tu creatividad sobre la mesa. Se tocan las fibras íntimas. Nos desnudamos prácticamente y buscamos aprobación. Lo cierto es que todo suma al proceso... hasta las discusiones. Y lo vale si el objetivo es grande, si buscamos dejar una huella.

"Comunicar" responde Lennon escuetamente a la insistente pregunta del director de la filmación sobre cuál era la real motivación de componer, grabar y registrar este material musical. Lennon no dijo más dinero o más fama. Se trata de comunicar. Y nadie le discutió. Los Beatles lo tenían todo ya. Estaban en un momento de sus vidas en el que buscaban lograr algo mejor cada vez. Superar lo anteriormente producido. ¿Trascender?. Lo lograron un lustro atrás. Quizás buscaban ser felices juntos una vez más. Y no disimulaban que podría ser la última.

 


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