La voz de
los Noventa
los Noventa
Helar Salinas, Roni Heredia y Charly Salinas. Lima 1994. |
1992
Los
CUATRO vuelven a Miraflores. Otra gran casa, La Araña que dirigía Pilar Saona. Allí se manufacturan canastería y objetos
utilitarios de madera y cerámica que se venden en la tienda
“Warike”. Pero La Araña también
fue una escuela de fotógrafos donde se formaron varios guiados por la sapiencia de Eduardo González. Uno de sus aplicados
alumnos es Luis Felipe Cueto, con quien los CUATRO coinciden en ideas
y conceptos sobre la belleza y el poder de la imagen. Nace una
gran amistad y complicidad entre los diseñadores y el fotógrafo;
voyeuristas confesos. Afiches de grupos de danza y teatro exigen los
talentos de esta casi sociedad. La fotografía es la protagonista en las
campañas publicitarias desarrolladas para Cibertec, instituto de computación líder en el mercado. -Nadie se mueva- susurra
“el Shagui” Cueto en su estudio. Acaban de terminar de colocar el
último taco de madera como apoyo de una computadora que pusieron
de cabeza. Retan a la gravedad. Hilos de nylon para el teclado suspendido en el aire y
para el aparatoso CPU que levita sobre el monitor volteado. “Dominamos la
computación al derecho y al revés” dice el titular del aviso.