miércoles, 27 de diciembre de 2017

Un encuentro, un cuento

El trabalenguas, trabalenguas


La limosina se abre paso lentamente entre el grupo de entusiastas peruchos y sale del aeroparque llevando al ilustre visitante. El calor matinal es abrasador. El vehículo pasa entre holas, vivas y “qué guapo” de las señoras. Y cuando está precisamente a mi lado, con la ventanilla abajo, lo veo sonriente y expectante, así que estiro la mano abierta y nos saludamos firmemente. Yo de 18 años y él, el presidente del Perú, de 36.