sábado, 3 de octubre de 2020

La bebida de sabor nacional no es un café


Las marcas también decepcionan. Hablo de un café que disfrutábamos en casa. La misma empresa que lo produce nos buscó para proponerle nombres para otro café más económico que planean lanzar. 


(In)formalidad
La pandemia que estamos viviendo en el Perú y el mundo está sacando lo mejor y lo peor de la gente y las empresas. Uno de los grandes problemas del país es la informalidad del mercado. Es un lastre. Pero hay algo peor aún: la informalidad de los formales. Ese comportamiento “criollo” de algunas empresas que con el pretexto de “esta coyuntura” sacan ventaja de los servicios de las compañías de diseño y publicidad. Las cuales, obviamente, estamos muy atentas a las oportunidades que se presenten… en esta coyuntura. 
Cuando los señores de Altomayo nos contactan urgidos por el naming de su nuevo café yo disponía de una semana prácticamente libre porque mi principal cliente cerraba por vacaciones. Una buena amiga, marketera en una importante consultora, me contactó con los cafeteros y me advirtió que era una suerte de licitación, que no habría pago si ninguna propuesta los convencía. Cero, nothing. Luego de enviarles los presupuestos y la correspondiente aceptación con "esa condición" asumí esto solo. El equipo de Taller Cuatro andaba entonces con encargos que eran prioritarios. Tranquilicé a mi ejecutiva de cuentas explicándole que diez días eran más que suficientes para mí. Que tendría los diez nombres que ellos solicitaban sobrado.