miércoles, 21 de septiembre de 2022

Crónicas

Una tumba en Chota

Yo soy chotana, dijo mi madre firmemente, al guardián del cementerio. Ella puso los brazos en jarro y la tierra empezó a temblar.
Mi hermana y yo éramos unos pequeñajos. Ella de cinco y yo de siete. Por fin encontramos algo divertido que hacer aquella mañana frente a la tumba del abuelo. Una loma de césped de casi un metro de alto entre dos pabellones se prestaba para nuestros saltos acrobáticos. Ganaba el que llegaba más lejos. Era nuestro segundo día en la tierra de mi mamá y el primer viaje de toda la familia. Inolvidable octubre del ’74.
Cortamos con nuestro juego cuando el guachimán apareció intempestivamente y nos resondró. Era temprano, no había más gente en el cementerio. Mi padre, hombre de carretera y de la pesca, normalmente lo hubiera guapeado pero la miró a mi madre como diciéndole “estamos en tu cancha”. Entonces ella se puso por delante y, luego de exclamar con la frente en alto que era chotana y visitaba la tumba del capitán Jaramillo, el señor huyó despavorido… Celebrábamos que espantó al aguafiestas y, de pronto mis hermanas mayores nos tomaron de los brazos y corrimos siguiéndolo por el laberinto de pabellones. La tierra temblaba… Chota temblaba, el Perú temblaba. Mi padre y mi madre apuraban el paso con mi hermano por el sinuoso camino de césped. Antes de llegar a la salida ya había terminado el sismo. Los vecinos, algunos en piyamas, comentaban asustados en la puerta de sus casas.

domingo, 23 de enero de 2022

Give back

No soy beatlemaniaco. Eran muy bonachones para mi gusto. Muy pops, digamos. Tampoco soy de la generación que creció con ellos pero de esa época fundamental del rock prefiero a los chicos malos: los Stones. El Lennon solista sí me enganchó muchos años después. Obvio que sería de necios negar la huella de los Beatles como pioneros de la música popular llevándola, además, a la dimensión de industria en el mundo. Son, sin duda, un parteaguas de la música, del arte.

Encerrados, con mi esposa y mi hija, por el frío y la primera nevada que cayó en Virginia los últimos días del 2021, nos refugiamos en el documental que nos devolvía a los Fab Four casi 50 años después: Get back. Un verdadero privilegio hacer de voyeurista de los cuatro talentosos mientras chambean. El material seleccionado por el director Peter Jackson, para alimentar el hilo narrativo, nos hace vivir un reality con John, Paul, George y Ringo, con Yoko, a veces Linda y rara vez las otras esposas; siempre con los asistentes, equipo técnico, y claro los directores, managers, etc. Todo sucede el mes de enero del '69. Día por día.