Blanca:
colores del Perú que
iluminan
Seattle
Carlos Salinas Jaramillo entrevista a Blanca Santander
(Setiembre
2016)
Ser
uno de los personajes de un lienzo donde apareces retratado como un
niño de 4 años no es cosa de todos los días, además junto a los 6
amigos de la patota. Hablo de un retrato grupal armonioso y de
colores intensos. Podría ser una ilustración de un cuento para
infantes. Así nos veía ella, Blanca Santander, como niños de
colores, aunque ya éramos unos veinteañeros todos. Durante dos años
habitamos una “casa-barco” en Jesús María. Estábamos a 3
cuadras de las memorables salchipapas del Tambo de la avenida
Arequipa y un paso más del cine Roma y sus últimos estrenos
decentes. En 1990 la pintora, el poeta, el estudiante de la “Santoto”
(hoy diseñador gráfico de polendas), el arquitecto y los 3
diseñadores de Taller Cuatro transformamos esa casa familiar
clasemediera en una “Factory” creativa donde se producía de
todo: diseño, publicidad, ilustración, pintura, fotografía,
también había música y poesía, la que se escribe, la que se vive:
“con sangre / con lluvia / rocío / con semen / con vino” recita
Benedetti.
¿Por qué elegiste
Seattle?
En realidad iba para New York
pero el destino me trajo aquí.
Llegué el '96. Estaba como
perdida, no sabía el idioma, no tenía dinero para mis materiales
así que decidí trabajar en lo que sea. Mi vida no ha sido nada
fácil, en Lima trabajé desde que estudiaba en la universidad y lo
hice para pagar mis estudios. Así que la tenía clara. Aquí para
poder ahorrar trabajé en un restaurant y fue muy duro. 2 años
fueron suficientes para mi cerebro y lo dejé. Decidí meterme en lo
mío, salió una exposición aquí y allá. Y pues si estás
concentrado y te enfocas en lo que amas las cosas se van dando.
¿Cuál fue tu primera
exposición en USA?
Fue en Le Roy Gallery en
Ballard, en 1997. Luego en el '98 en la universidad de Washington me
invitaron a una colectiva y para mi sorpresa expuse con uno de mis
profesores de grabado de la Católica.
Ya que mencionas tu alma
mater. ¿A cuáles profesores recuerdas más de la facultad de arte?
Tuve la suerte de tener como
maestro al fundador de la escuela: Adolfo Winternitz, artista de
origen austríaco, un gran pintor y vitralista, un artista de una
sabiduría extraordinaria. Sus enseñanzas las conservo y aplico en
mi trabajo todos los días. Como no mencionar a Julia Navarrete, una
de las grandes maestras de la PUCP y una de las más reconocidas
pintoras peruanas, dueña de muchas de mis pesadillas... igual le
estoy totalmente agradecida por su exigencia y disciplina. También
está Alejo Alayza con su maravillosa luz y color, inevitable no
sonreir al ver su obra, la paz que te regala no se explica con
palabras. Para terminar está mi maestro de grabado, el gran Agapito
que me enseñó tantas técnicas y me jaló las orejas también por
hacer travesuras a la hora de clases. Tantos otros, la lista es larga
y agradezco haber conocido a todos ellos. Artistas que me regalaron
algo de su locura.
¿Y qué otros artistas
peruanos podrías mencionar como tus ídolos inspiradores? Sean
pintores, escritores o poetas.
Julio
Ramón Ribeyro es el primero que me viene a la cabeza. Lo conocí en
casa de Juan Pastorelli, acuarelista amigo a quien quiero mucho.
Ribeyro fue mi ídolo desde chica, conocerle fue surreal, era como
estar en uno de sus cuentos porque además yo no le era indiferente,
hablábamos con la mirada mientras él se despedía de todos sin
dejar de mirarme ni por un segundo hasta alejarse. Otra ocasión en
la que nos reunimos los amigos terminé tomando cerveza y conversando
con él en La Noche de Barranco. Ni recuerdo hasta qué hora de la
madrugada, solo sentía que rozaba su pierna con la mía debajo de la
mesa y hablaba de cualquier tema como si nada pasara. Mi enamorado de
entonces quería desaparecerlo porque yo estaba fascinada con el
escritor y su cerebro. Otro grande con el que trabajé y admiro mucho
fue el actor y director teatral Alberto Isola.
En Lima no solamente hacías
ilustraciones ¿verdad?.
Siempre he trabajado en arte,
como sea, ilustrando, haciendo vestuario para teatro. Lo que sea pero
siempre conectado a la creación. Mis amigas de la Católica me
decían que no entendían como hacía para vivir sola sin un sueldo.
Trabajé con editoriales, ONGs y algunas empresas. Me vine para este
lado del mundo porque me cansé de vivir con sobresaltos. No sé si
supiste que casi me matan los terrucos en la selva. Eran los noventas
pues.
Blanca le enseña la
técnica de la acuarela a una amiga argentina, ella trabaja para sus
clientes, una ONG allí en Pucallpa. Qué mejor lugar que la
polícroma abundancia de la selva peruana para aprender esta técnica.
Estaban más allá de Yarina, al borde de un río, plasmando en el
papel ese pedazito de amazonía, envueltas por la música de la
inconmensurable flora
y fauna
de la montaña. No vale pausa allí. Cada hora que avanzaba les
regalaba una nueva luz, un nuevo paisaje, una nueva melodía.
Llegaron hasta allí, muy lejos de Pucallpa, en la moto de la
clienta. Se hizo tarde. Eran como las 5 y media y los mosquitos
empezaron a joder... Blanca le dijo a la amiga que era momento de
partir. Guardó sus pinceles en la mochila y, de pronto, mientras
sacudía con suavidad el papel que faltaba secar, la selva se calló.
Pausa. – ¡Arriba las manos! - sentenció una voz que venía de la
parte alta de la loma. Blanca levantó la mirada y la pesadilla
empezó. Estaban en zona roja.
En una entrevista de la TV
cuentas que cuando empezabas, en una clase, un niño eligió pintarte
con el color marrón...
Es
que no es fácil ser latino. El niño era el hijo de una vecina de mi
hermana. Cuando llegué a USA lo cuidaba y ganaba algo de dinero. Y
bueno, la tía Blanqui lo cuidaba enseñándole a pintar y meditar.
Sorprende la simpleza y, a
la vez, complejidad con la que los niños ven el mundo ¿no?
Sí
pero en verdad para un niño americano los latinos somos marrones.
Los indios son rojos, los asiáticos amarillos, los afrodescendientes
negros. Todos tenemos nuestro color.
¿Y sientes que solo pintas
para los latinos o lo haces para ti?
Yo
pinto para expresarme y para el que me quiera leer. Me estoy abriendo
paso en el mercado americano. No es fácil como latina pero ahí
estoy abriendo puertas. Soy la única latina que ha ganado dos
subvenciones de proyectos para la ciudad, las demás artistas son
gringas.
¿Te refieres a “Park
your
thoughts”,
verdad?
Sí,
“Park your thoughts” y “Park in the
heart”
“Park
in the
heart”, ¡qué buen nombre!
¡Ja
ja! Gracias. Sí, bueno... ambos se dieron en el mismo parque, el
Ballard Commons. Con PITH
aprovechamos la temporada de verano y dimos clases de arte a niños
todos los sábados durante 10 semanas. Montamos unas carpas y cada
sábado era una aventura diferente porque los grupos de niñas y
niños siempre variaban, la mayoría al menos porque siempre hay “sus
caseritos”.
¿Te
encanta chambear con niños, verdad?
¡Ja
ja! Después de las clases podía llegar a casa físicamente agotada
pero a nivel creativo absolutamente “excited”, como dicen los
gringos.
Eran tres hombres armados.
Senderistas. Aquí vas a quedar le advertía a Blanca el más avezado
poniendo el fusil contra su estómago. Estaba petrificada. Pasaron
tres horas infinitas mientras que ellos indagaban quiénes eran este
par de “hippies”, qué hacían allí, pero siempre
amedrentándolas. Ya había oscurecido, los mosquitos las habían
masacrado pero eso ya no importaba. Por la cabeza de Blanca pasó
toda su vida como una película, su familia entera, sus sobrinos
inclusive. Trató de recuperar el aliento, se sobrepuso finalmente y
empezó a hablar. Calculaba cada palabra y frase que soltaba enfocada
en convencerlos que eran unas simples turistas y que no trabajaban
para ninguna institución oficial. Los
terrucos no
imaginaban
que ella tenía en su mochila una cámara fotográfica y varios
lentes, además de dosmil dólares que acababa de cobrar de la ONG.
Pero la amiga comenzó a alterarlos, se negaba a entregarles la llave
de la moto. -¡Cállate y dales la llave, mierda!- Gritó Blanca
desde el fondo de su alma, asustando a la amiga y sorprendiendo a sus
captores. Entre sollozos la amiga les entregó la llave que escondía.
Los terroristas se treparon a “su botín” y se fueron. Blanca
esperó que desaparezca totalmente el sonido de la moto alejándose
en la espesura de la noche. Respiró aliviada y se dejó caer sin
parar de temblar.
¿Y
qué tal con “Park your
thoughts”?
Era
una instalación temporal de 3 meses. Consisitía en una gran caja en
medio del parque donde podías pegar palabras armando frases,
pensamientos o poemas si querías. Las palabras en bloques de madera
venían con velcro para adherirse a esta gran caja negra que
construí. No solo palabras en inglés sinó también en otros
idiomas como el sueco, el danés.
Ah
ya ¿mucha inmigración de los países nórdicos por la zona?
En
particular en Ballard se establecieron a fines del siglo XIX muchos
escandinavos en busca de oportunidades de trabajo en la pesca. Así
integré la historia de Ballard: el idioma de los descendientes de
escandinavos que todavía residen allí, con los nuevos inmigrantes y
por supuesto el idioma oficial. Funcionó a la perfección. Inclusión
es la palabra para este proyecto.
Entonces “Park your
thoughts”
no era solo para niños.
No,
no, era para cualquiera. Lo loco es que en ese parque y en muchas
partes en Seattle hay muchos indigentes que uno pensaría hubieran
malogrado o vandalizado mi trabajo pero todo lo contrario, hasta se
me acercaban y me decían “que dios te bendiga”. El último día
se nos acercó un constructor que trabajaba en una obra frente al
parque y nos contó que muchísima gente iba a jugar con las palabras
cada día. La respuesta fue 100% positiva. Creo que la gente respeta
más cuando siente que el proyecto es también de ellos.
¡Lo adoptan! diría yo.
Sí
pues. El interactuar con el objeto y además poder expresarte por
medio de éste lo hace hasta trascendente. Nadie se resistía a
“escribir” sus ideas. Desde los indigentes que te dije hasta unas
californianas pitucas que pasaron por allí, en bikini todavía ¡ja
ja!. Esa experiencia en la calle es de pe-eme porque no sabes qué va
a pasar y cómo va a recibir la gente tu trabajo. El día que me tocó
desarmar el proyecto, el par de horas que estuve allí, se me
acercaron docenas de personas agradeciéndome y expresando su
tristeza porque el proyecto llegaba a su fin. Ellos hubieran querido
que sea algo permanente.
Vi la palabra pokemon por
ahí...
Mientras
elaboraba este proyecto surgió este fenómeno de Pikachú y toda su
gente, entonces me dije ¿por qué no?. A ver cómo reaccionan todos
y sí, a algunos les gustaba y otros pronunciaban su desacuerdo.
Igual no di opción a poner algo negativo, todas las palabras que
seleccioné fueron positivas y me dio los resultados que esperaba.
Tengo entendido no es poco
dinero el que destinan los municipios para proyectos que son tan
beneficiosos para la comunidad.
Es
un huevo de plata. Y me la dan porque tengo la experiencia que me
respalda para asumir esta clase de proyectos. Tengo 20 años aquí y
me he construído una reputación.
¿Podríamos decir que
Laura Castellanos, Tatiana Garmendia y Blanca Santander son las
artistas latinas más conocidas en el noroeste de USA hoy?
Podemos
decir que sí.
Es
la primera semana de diciembre del 2014, Blanca Santander tiembla, un
poco por el frío del noroeste americano pero también porque está
nerviosa. Se acaba de develar el bello mural de San Vicente de Paul
en la fachada de la misma Sociedad SVP. Recibe los aplausos de los
vecinos de la comunidad de Kent (Washington) sonriendo como una niña
traviesa y rodeada de varios adolescentes, su hijo Nicholas entre
ellos. Esta obra concebida por la artista peruana se llevó a cabo
contando con la participación de estos estudiantes de escuelas de la
zona y algunos voluntarios del Centro Redu. Todos celebran
sintiéndose cómplices de Blanca. El fresco muestra al personaje con
los brazos abiertos tendiendo puentes a las comunidades menos
favorecidas. - No hay fronteras para la caridad- Reflexiona ella. Así
pues, la artista plasma aquí no solamente su interpretación sobre
la obra del santo sinó también su propio sentir sobre la vida, su
alta sensibilidad por “los otros”, quienes para ella no son
ajenos ni extraños: los latinos emprendedores, las mujeres coraje y
los niños de todos los colores.
www.blancasantander.com
www.latino-visions.com
Blanca
Santander Studio
https://www.flickr.com/photos/blancasantander/
Excelente reportaje! Excelente trayectoria Blanca !!!mil felicitaciones, y ojalá podamos ver tu obra por lima.
ResponderBorrarGracias Cecilia!! Nos aunamos a tu pregunta ¿Cuándo podremos ver la obra de Blanca Santander en Lima?
ResponderBorrarGracias por la pregunta. Justamente voy a Perú después de 13 años de no regresar y voy para hacer una serie de fotografías para un proyecto que estoy desarrollando. Me encanta la idea de exponer allá, he recibido algunas propuestas, esta vez que vaya voy a ver las opciones que se ajustan mas con mi trabajo. Gracias nuevamente!
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